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Mi tipo de ensayo favorito es el ensayo filosófico. Me atrae porque permite explorar ideas abstractas, cuestionar, y conectar la razón con la emoción. En este tipo de texto no hay una sola respuesta correcta, sino un diálogo constante entre pensamientos. El ensayo filosófico me invita a reflexionar sobre temas universales como la libertad y a relacionarlos con la experiencia humana. Sin embargo, considero que el ensayo científico es el más difícil. Su complejidad radica en la necesidad de precisión, evidencia verificable y un lenguaje técnico riguroso. No basta con tener una buena idea o argumentar con claridad; es necesario sustentar cada afirmación con datos, referencias y metodología. Esa exigencia de objetividad no deja mucho espacio para cuestiones más existenciales que encuentro interesante. En esta clase de política que estoy tomando este semestre, son muy prominentes los ensayos políticos. Uno ellos es “Congressional Oversight Overlooked: Police Patrols versus Fire Alarms,” por Mathew D. McCubbins y Thomas Schwartz que trata sobre la forma de vigilancia más preferida del congreso de Estados Unidos y porque es la más efectiva. Esta forma de vigilancia es exclusivamente dirigida a la rama ejecutiva del gobierno, haciéndolo relevante hoy en día a pesar de ser escrita en 1984. La retórica es claramente muy efectiva ya que el tema era un punto de contienda mayormente entre escolares en esos tiempos.